CATASTRO DE ENSENADA 1752

EL CATASTRO DE ENSENADA: UN FOTOGRAMA DE ALJARAQUE A MEDIADOS DEL SIGLO XVIII

¿Qué es el Catastro de Ensenada?

 Las continuas penurias de la Hacienda de la Corona Española, motivadas no sólo por los múltiples compromisos militares de España, sino por lo complejo y corrupto del sistema fiscal del Reino de Castilla. Crearon un continuo debate entre los estadistas españoles sobre las posibles soluciones a tan caótica situación.

Como botón de muestra valga que no todos los ciudadanos pagaban impuestos (Los nobles y cleros estaban exentos), ya fuese por rango social, o lugar donde residían. Además éstos gravaban desde las rentas, hasta la cosecha, el transporte o el consumo. Y que el repartimiento de los mismos era no pocas veces arbitrario.

Inmerso en el siglo de la Ilustración, pronto se empezó a señalar como origen de todos los males esta complejidad contributiva, y como solución más evidente la creación de una contribución única, que gravase a la riqueza, independientemente del nacimiento o residencia del contribuyente.

Para poder crear un sistema impositivo justo, era necesario recopilar la riqueza de todos y cada uno de los súbditos de la Corona.

El famoso Catastro de Ensenada, fue el resultado de todas aquellas pesquisas, una labor faraónica para la infraestructura de un estado como el español del siglo XVIII.

Ajenos al fracaso de la medida, lo cierto es que le debemos al Marqués de Ensenada la fuente documental histórica más importante de la edad moderna.

 

El Catastro de Ensenada en Aljaraque

Para el caso de Aljaraque, tenemos una gran tara a la hora de analizar los datos contenidos en el Catastro, ya que no existen copias de las Respuestas Particulares (aquellas que respondía cada vecino) en el Archivo General de Simancas. Esta documentación, aunque más ingente, permitiría una reconstrucción de la economía y sociedad de la villa, hogar por hogar.

Tal falta nos obligará a buscar noticias de las mismas en el Archivo Municipal de Sevilla, e inclusive el de Huelva.

De las Respuesta Generales, aquellas que contestaba el Concejo de la villa, si tenemos copias, las cuales nos permiten el acercamiento al Aljaraque del siglo XVIII que ahora vamos a esbozar.

Perteneciente al Ducado de Medina Sidonia, estaba exenta de pagar derechos de señorío, lo que nos da una idea de que en su fuero de poblamiento, los vecinos fueron exentos, para fomentar la ocupación del término. Para confiramos en la idea, en la pregunta 22, también se refleja que el Duque tampoco recibía rentas por establecimiento del suelo (es decir por los solares urbanos que se acotaban), y muchas otras tasas, que nos perfilan una villa privilegiada.

De los ochenta y un vecinos con que contaba la villa (los que nos da una población de 283 habitantes a un ratio de 3,5 habitantes por hogar), todos vivían en el casco urbano, que por aquel entonces no debía de exceder de la Calle Real, la Calle Nueva y sus Alrededores, montado un total de sesenta y tres casas, ninguna arruinada.

Las tierras se dividían en regadíos, compuesto exclusivamente por huertas y frutales, y secano, este a su vez dividido en sembradura (Cereal y Leguminosas), viñas, pastos y monte alto y bajo.

El ritmo de producción era sin intermisión (es decir sin descanso) las viñas, huertas y pastos, y con un año de descanso los campos de sembradura de la tierra llana. El Monte también era aprovechado para la siembra pero con períodos de descanso de diez años, lo que nos habla de un sistema de rozas, es decir quema de monte y siembra sobre las cenizas que fertilizaban el suelo.

catastro_ensenada

El monte estaba compuesto básicamente, encinas, alcornoques, pinos y también algunas higueras. Es significativa la existencia de quercineas en el término, ahora inexistentes. La necesidad de madera para los artilleros, potenció el pinar a todo lo largo de la costa, ya que su rápido crecimiento permitían una explotación maderera más rentable, que la montanera de las dehesas.

 

Los frutales ocupaban tierras llanas de primera calidad, mientras que las viñas se extendían por tierras de diferente valía, debido a su rentabilidad, pues el mosto tenía buena salida en Sevilla para Indias. Tanto estas como los frutales ocupaban toda la extensión de la explotación.

 

En las tierras de secano se sembraban sobre todo cereales y leguminosas. El trigo, cultivo más extendido, se cultivaba en tierras tanto de primera, como de segunda o tercera calidad. La cebada en las de primera y segunda calidad, el maíz sólo en las de segunda calidad, y los garbanzos y habas en las de primera calidad.

 

En las rozas de los montes, se cultivaba exclusivamente centeno para el ganado y también las hambrunas.

 

 

RENTABILIDAD DE LA TIERRA SEGÚN SUS USOS Y CULTIVOS

  1ª calidad 2ª calidad 3ª calidad
Trigo 160 reales 120 reales 60 reales
Cebada 120 reales 70 reales  
Maiz   40 reales  
Habas 80 reales    
Garbanzos 100 reales    
Centeno     40 reales
Huertas 120 ducados (unos 1300 leales)
Pinar 125 reales
Viñas 352 reales
Frutal 200 reales
Higueras 10 a 4 reales


El cuadro contiguo nos acerca a la rentabilidad de los diferentes cultivos. Destacándose sobre los demás, las huertas con 120 ducados. Podemos imaginarnos al alto precio de sus productos en el mercado de Huelva, y la cercana Sevilla, para justificar tan alta rentabilidad. Por el contrario dichas tierras necesitaban unos cuidados primorosos.

Tras éstas destacaban las viñas con 352 reales, y los frutales con 200. Significativo es la inexistencia de olivos, seguramente por la falta de almazara, y el coste que debía suponer llevar la oliva a moler, pagando no sólo el porte de carreteros, sino también del pasaje de odiel.

De entre los cultivos de secano, destaca la rentabilidad del trigo, por encima de cualquier otro. Sin embargo para descanso de la tierra, era necesario alternar las leguminosas, de ahí su existencia en la tierra de primera calidad.

Se criaban tanto ganado de cerda, como vacas, ovejas, cabras, yeguas asnos y abejas.

Tán sólo existía un molino harinero, seguramente de marea. No existiendo ni lagares y almazaras.

La población no contaba con hijosdalgo, pero si con dos abastecedores de vino, aceite y aguardiente, un carnicero, un escribano, un cirujano, un maestro barbero, un carpinterio, tres eclesiásticos, once arrieros, un estanquero, un arrendador del jabón, un guarda de montes, dos soldados, setenta y nueve jormaleros, es decir campesinos sin tierras, y cuatro pobres de solemnidad.

Los cargos del Concejo los nombraba el Duque de Medina Sidonia, siendo por aquellos años Felipe de Santiago y Jose Francisco Rodríguez, los Alcaldes ordinarios, Blas Martín y José Miguel Ramos los regidores, siendo diputados (lo que hoy es más o menos concejal, Francisco Romero Martín, también párroco, Juan de Sornoza, a su vez escribano público, José Ramos y Antonio Rodríguez.

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